Sinopsis
Una editorial
muy especial, Garamond, divide su esfuerzo comercial en dos líneas editoriales.
Por un lado edita y publica literatura digamos... seria, de una calidad media
aceptable, con la cual obtiene unos beneficios moderados, pero por otro es un
cebo perfecto para otro tipo de autores, con poca salida comercial, a los que
se acaba por convencer para financiar sus propias publicaciones en su análoga,
Manuzio y, de paso, enriquecer al dueño de ambos negocios editoriales, Mr.
Garamond.
En Garamond
acaban coincidiendo tres intelectuales: Casaubon, cuyos estudios universitarios
le han hecho un especialista en los templarios, Belbo, trabajador de la
editorial Garamond, al que conoce en un bar universitario y Diotallevi, que es
compañero de Belbo en dicha editorial. Aprovechando los conocimientos de
Casaubon sobre los templarios, Belbo y Diotavelli le invitan a asistir a una
reunión con un autor, Andretti, interesado en publicar un estudio sobre una
hipotética conspiración templaria, la cual ha diseñado basándose en un
documento de esa época, incompleto y de dudosa procedencia. Pero, después de la
reunión, Andreti desaparece misteriosamente.
Pasan varios
años, en los cuales Casaubon viaja a Brasil donde es testigo de excepción de
algunas de las experiencias místicas más impresionantes de su vida. Allí
también vive una historia de amor con Amparo, protagonista de alguna de estas
experiencias y conoce a Angié, personaje con el que volverá a coincidir en
Europa y que pasará a ser parte importante de la novela.
De vuelta a
Milán conoce a su pareja, Lia, que le dará un hijo. Más tarde, a través de su
antiguo contacto en la editorial, Belbo,
le es ofrecido trabajo en Garamond como ilustrador de un ambicioso
proyecto sobre la historia de los metales. Proyecto que acaba evolucionando en
un trabajo aún más ambicioso sobre ocultismo y esoterismo del que el editor
piensa sacar pingües beneficios gracias al doble juego editorial en el que está
basado su negocio. Por un lado Garamond piensa en publicar una especie de
enciclopedia del ocultismo y, por otro, aprovechándose del fuerte tirón que
estos temas tienen entre los adeptos a las teorías místicas, ofrecer la
publicación de sus trabajos a través de Manuzio a los autores que pudieran ser
susceptibles del enredo comercial, con lo que el éxito empresarial estaría
garantizado. Los tres personajes comienzan a trabajar juntos y a ellos se suma
Angié, que en su condición de estudioso del esoterismo y el hermetismo, que les
servirá de gran ayuda para seleccionar los textos y dirigirlos a la editorial
adecuada.
Entre bromas,
cábalas y ejercicios de asociación imposibles, en el que los futuros autores de
Manuzio y sus alocadas teorías conspiratorias son el centro de las burlas,
acaban proyectando un hipotético plan para dominar al mundo en el que el eje
del mismo es el documento incompleto que el desaparecido misteriosamente
Andreti les dejó. Todo comenzara como un inocente juego para intelectuales, un
rompecabezas imposible, un ejercicio de inteligencia para satisfacer sus
propios egos, para acabar conduciéndoles por un camino de perdición que pone en
peligro sus propias vidas.
La lectura:
El péndulo de
Foucault es ante todo, una novela, un gran enredo policiaco que, al estilo del
nombre de la rosa, propone al lector su implicación intelectual como parte de
la trama. Para ello Eco no repara en gastos: desde el principio del libro y
durante aproximadamente 100 páginas el autor nos enreda en un galimatías
lingüístico del que, no tengo claro si intencionadamente o no, solo los
incondicionales de este autor, los lectores acostumbrados a las lecturas
complejas y los, como yo, valientes y curiosos, dispuestos a afrontar grandes
retos literarios, salen indemnes. No es
la primera vez que, tras unas cuantas páginas me han dado ganas de dejar una
lectura, que no me dejo impresionar por la complejidad de un texto
especialmente difícil o aburrido, aparentemente insulso o sin apariencia de
poder ganarse mi interés. No es la primera vez que casi 1000 páginas por
delante son un acicate para minar el interés que podría haber despertado un
autor, aunque he de reconocer que, rara vez he cedido a la tentación de
abandonar una lectura.
Lo que sí
puedo asegurar es que es la primera vez que me encuentro absolutamente
satisfecho de no haber dejado un libro hasta el final. Para mi El péndulo de
Foucault es una obra maestra, un ejercicio de literatura magnífico que Eco ha
diseñado para lectores dispuestos a aceptar el envite intelectual que supone,
desde el principio de la lectura, que es
necesario un esfuerzo para crecer, para implicarse con nuestra realidad.
Dejarse embaucar por lecturas fáciles, que a través de jirones de información
tejidos intencionadamente, sin ningún pudor, para obtener un objetivo,
generalmente comercial o político, es, como evidencian las listas de los libros
más vendidos, moneda común en nuestros días. Eco, con este libro, ejerce una
crítica feroz a toda esa pléyade de autores que, valiéndose de uno de los males
sociales más extendidos en nuestro tiempo, la paranoia informativa, hacen caja
valiéndose de la, cada vez más valorada, fascinación por el mundo esotérico.
Entre otras cosas...
Por qué,
además, El péndulo de Foucault es un estudio pormenorizado de la historia de
las sectas, de los saberes ocultos, de los ritos más antiguos y modernos,
satánicos, rosacruces, templarios. Una amalgama de datos curiosos sobre el
misticismo, sobre el pecado. Un crisol de conspiraciones políticas y religiosas
sobre las que, al contrario que algunos autores muy leidos, Umberto Eco
demuestra estar muy bien documentado. Yo por curiosidad he investigado sobre
algunos de los personajes que aparecen en el libro y puedo asegurar que
existieron y que, en al menos en estos casos, sus <em>aventuras
</em>están bien acreditadas. Y esta sopa de información que, por lo que
he podido leer por internet en forma de amargas críticas al libro, ha asustado
a más de uno, no debe interpretarse como un esfuerzo de Eco por instruir al
lector, que según mi punto de vista no debe perder el tiempo en intentar
asimilar todo lo expuesto, sino más bien
como una forma de implicarle en la investigación de los protagonistas de forma
que sea fácil empatizar con las sensaciones y sentimientos que exhiben durante
la novela.
En cuanto a
la calidad narrativa Eco demuestra durante todo el libro ser, sobre todo, un
magnifico escritor, con todo lo que ello implica. Durante el libro encontramos
algunos pasajes absolutamente deliciosos a la altura de los grandes autores de
nuestro siglo. Destacar por ejemplo la <em>exégesis del manual de
conducción del automóvil</em> que Casaubon expone delante de sus amigos,
la maravillosa interpretación de los orificios y apéndices corporales hecha por
un personaje femenino, la delirante explicación que Lía da al documento de los
templarios y que es un homenaje al sentido común, como se desmonta la teoría de
la numerología en las pirámides... bueno, innumerables pasajes para no
olvidar...
Y por
supuesto el maravilloso final, no el final de la trama, al que algunos dan demasiada
importancia, no... el maravilloso final. Casaubon solo, reflexionando sobre su
vida y la muerte, aceptando la insoportable levedad del ser.
Opinión:
¿Qué más
puedo decir? Si, es difícil, cuesta mantener la actitud necesaria para
terminarlo, no voy a engañar pero leed este maravilloso libro y no obsesionaros
por comprender cada una de sus líneas. Sencillamente tiraros al agua y,
manteniéndoos a flote, dejaros llevar por las olas del lenguaje, disfrutad de
la lectura, merece la pena.
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