domingo, 3 de enero de 2016

Kafka en la orilla. Haruki Murakami

Sinopsis:

Kafka Tamura huye de la casa paterna presa de la angustia que le provoca las malas relaciones con su padre, un famoso escultor amargado desde que su mujer le abandonó junto con su hija dejando a Kafka a su custodia. Su aventura acaba llevándole a una extraña biblioteca donde conocerá a Saeki, una señora cuya vida parece tener cierto paralelismo con la de su madre, y a Oshima, el joven bibliotecario. Por otro lado aparece un excéntrico anciano, Satoru Nakata, que de niño sufrió una experiencia que le privó de toda conciencia de si, de su inteligencia y, por tanto, de su capacidad de leer y comunicarse, excepto con los gatos. Además adquirió una extraña habilidad para provocar fenómenos atmosféricos sin proponérselo.

Nakata, tras asesinar a un extraño personaje abandona Tokio para comenzar un periplo que le conducirá irremisiblemente a la misma biblioteca acompañado de un curioso taxista cuya ayuda se antoja imprescindible para cumplir una misteriosa misión. La vida de los dos protagonistas se entrelaza en una historia que se va haciendo cada vez más insólita y cuyo desenlace parece que acabará resolviéndose a favor de la predicción que el padre de Kafka le hizo antes de escaparse de su casa, y que se resume en que el hijo repetiría el mito clásico de Edipo matándole a él y acostándose con su madre y su hermana.

La lectura

Kafka en la orilla es uno de esos libros que no puede dejarte indiferente, una historia compleja, una gran metáfora del modelo freudiano* contada de forma amena y original. Con momentos inolvidables entre los que se mezclan la sensibilidad, la genial capacidad narrativa y el ingente conocimiento, que Murakami demuestra en toda su literatura, del ser humano. El transfondo filosófico que destila la historia consigue hacer que el lector experimente la necesidad de sumergirse, sin innecesarias dificultades, en un estado de reflexión continuado que acompaña sin detenerse durante toda la lectura, lo que, no cabe duda, es un mérito dificil de encontrar y que demuestra que nos encontramos ante uno de esos escritores que tocan con una varita de genialidad todo lo que escriben.

El libro recuerda por momentos a "El guardián entre el centeno", por la angustia vital y el reflejo de las inquietudes adolescentes del protagonista mas joven, o a "El tambor de hojalata", por las excéntricas capacidades del anciano Nakata cuya personalidad poco emotiva, además, consigue establecer una extraña complicidad con el lector. También podría reconocerse la influencia de la literatura hispanoamericana, del realismo mágico. Pero la influencia mas evidente es la del propio Kafka, de cuya literatura Murakami ha extraido esa capacidad de alguno de sus personajes en abstraerse de la realidad, sumergiéndose en un mundo fantástico en el que convive lo cotidiano y lo absurdo, y en la inevitable necesidad de cumplir una misión, un destino, del que no pueden escapar. En definitiva un libro que huye de las respuestas para proponer al lector preguntas que tardará bastante en responderse y no poco en olvidar.

Opinión:

Yo ya había leido de Murakami "Tokio blues" y fué un libro que me gustó muchísimo. Murakami es un autor de moda en muchos paises y a mi no me extraña lo mas mínimo. Entretenido como pocos, facil de leer pero "con chicha", como me gusta decir a mi. Se trata de una literatura para todos los públicos, pero sin excesivos artificios ni historias de rebuscado interés comercial, que nos engancha, consigue nuestra atención e interés hasta el final del libro... y un poco mas. Muy recomendable.

*Presentado por Freud en la llamada "segunda tópica" el yo, o ego, es la parte de la personalidad en la que se inscribe la consciencia.. Por su capacidad para evaluar y comprender la realidad, el yo permite al sujeto superar las amenazas externas e internas y en él funcionan los procesos secundarios (percepción, pensamiento, etc). De su dominio de la actividad del sujeto depende la salud psíquica del mismo. El ello representa las pulsiones o impulsos primigenios y constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Contiene nuestros deseos de gratificación más primitivos. El superyó, la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos. Freud estaba especialmente interesado en la dinámica de estas tres partes de la mente. Argumentó que esa relación está influenciada por factores o energías innatos, que llamó pulsiones. Describió dos pulsiones antagónicas: Eros, una pulsión sexual tendente a la preservación de la vida, y Tánatos, la pulsión de muerte. Esta última representa una moción agresiva, aunque a veces se resuelve en una pulsión que nos induce a volver a un estado de calma, principio de nirvana o no existencia, que basó en sus estudios sobre protozoos.(Diversas fuentes entre ellas wikipedia)

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