El
sello UAB (Universidad autónoma de Barcelona) ha presentado la nueva colección
«El espejo y la lámpara», que se estrena con obras de David Jou, Marie Curie, Pierre Vilar y Adolf Tobeña. Se
trata de la primera colección que tiene como objetivo llegar al gran público y,
en ese sentido, podría decirse que se trata de un esfuerzo de divulgación
científica, social y humanístico encomiable. Este primer trabajo, «Cerebro y
universo» me ha llamado la atención ya que, tras la entrevista concedida a
televisión española, he creído intuir un punto de vista más allá de lo
científico, matices que rozan lo filosófico y lo poético y que, por mi forma de
ver estas materias, me han parecido muy interesantes. Además el autor evidencia
un profundo respeto por los clásicos, lo que demuestra durante toda la
entrevista. Todo ello, su conjunto, me ha animado a empezar su lectura y, por
supuesto a expresar mi opinión en este blog.
Sinopsis:
En
este libro, y a grandes rasgos, se consideran dos espacios físicos: el
universo, enorme en extensión, en complejidad; en leyes físicas que apenas
empezamos a descubrir y aplicar. Por otro lado el cerebro, de tamaño
infinitamente más reducido, pero de formidable complejidad; un microcosmos que
ha seducido a los científicos desde los tiempos más antiguos -que incluso ya
creyeron encontrar influencias cósmicas en su formación y diseño- hasta los
modernos, que no paran de encontrar respuestas que, generalmente y al igual que
sucede con el cosmos, les llevan a plantearse nuevos retos. Como nos invita el
propio autor:
«Vivimos aturdidos, confusos y
apresurados, sin prestar suficiente atención a aquello que requiera un esfuerzo
de concentración y una disciplina de silencio. El espacio exterior y el espacio
interior nos invitan a ello: a ir mas allá de la familiaridad y entrar de vez
en cuando en la sorpresa.»
La lectura:
De
siempre me ha fascinado la astronomía, incluso en el instituto. No soy un gran
consumidor de este tipo de producto, pero de vez en cuando me gusta salirme de
la literatura más pura, mas artística digamos, e introducirme en los misterios
de la ciencia, ya sea en su vertiente filosófica o, como en este caso, lo que
llamamos cosmología y neurología. En este sentido agradezco de veras los
esfuerzos de algunos científicos por acercar la complejidad de sus materias a
un público menos ducho en sus especialidades, menos formado que lo que se suelen
encontrar en su entorno más profesional. Si sumamos a este esfuerzo el que se
añade gracias a un punto de vista ameno y, sobre todo, original, pues mejor que
mejor.
Este
es el caso de este precioso libro, aunque en algunos momentos puede
desbordarnos por la complejidad de su lenguaje. Es lógico: para ser
medianamente coherente David Jou debe hacer un recorrido muy completo por casi
todas las materias que, de una u otra forma, condicionan el objetivo de su
trabajo, y estas materias exigen un lenguaje y unas explicaciones que superan a
un lector poco acostumbrado al manejo de códigos científicos. Se exige, desde
luego, un esfuerzo un poco más allá de lo habitual para mantener el interés, pero
acaba mereciendo la pena.
En
mi caso han sido muchos los momentos en los que he leído y vuelto a releer
algunos párrafos especialmente farragosos, especialmente técnicos, aunque no
han sido tantos como creía antes de empezar. También me he encontrado con
capítulos que no me han resultado demasiado interesantes y, por tanto, que me
ha costado especialmente terminar… pero bueno; como ya me ha pasado en otras
ocasiones soy consciente de que el esfuerzo, si se quiere disfrutar al máximo
del resultado final, es necesario.
Se
pregunta David Jou -y es una de las singularidades de este trabajo- cuestiones
similares frente a ambos espacios: cuál fue su comienzo, sus estructuras… su
dinamismo; su composición, sus leyes. En los dos ámbitos, por ejemplo, resultan
fundamentales los "componentes oscuros" -la glía para la computación
neuronal y el universo invisible sobre la materia visible; por otro lado la
física cuántica parece jugar un papel sutil tanto en las galaxias como en las
sinapsis cerebrales. Pero sobre todo se intentan establecer paralelismos que
nos hagan especular hasta qué punto es necesario el uno para el otro o, en todo
caso, si uno sin el otro son posibles. ¿Es la
inmensidad cósmica una condición necesaria para la existencia del cerebro?; el
procesamiento de la información en el cosmos y en la mente humana… ¿sigue
pautas afines?
Al final
se concluye con un capítulo entero en el que Jou reflexiona abiertamente, de
una forma casi filosófica, sobre algunas preguntas que no son tan obvias, pero
que podrían plantearse tras la lectura de su libro, por ejemplo: ¿Emite el
cerebro algún tipo de energía organizada? ¿Capta formas de energía cósmica que
todavía desconocemos…? Si suponemos un gran ente, una especie de ordenador
cósmico, ¿incluye también nuestra perdurabilidad tras la muerte en la memoria
cósmica o divina, o somos piezas efímeras y desechables del acontecer cósmico?
¿Borra con indiferencia nuestras individualidades? ¿Juzga? ¿Desea? ¿Ama? etc.
Hay
un detalle que me ha gustado mucho. Al final de cada capítulo se incluye una
especie de resumen del mismo que suele esconder algunas reflexiones importantes
sobre lo que acabamos de leer. Estos resúmenes tienen un especial interés y
evidencian el propósito divulgativo del libro. Son comentarios algo más
personales, más cercanos, en los que el autor deja a un lado al científico que
lleva dentro y deja paso al poeta, al literato. No en vano David Jou tiene una
prestigiosa trayectoria como poeta en lengua catalana.
Opinión:
Me
gusta, cuando leo este tipo de libros, hacer notas a pié de página. Es una
forma de luego recordar pequeños pasajes, frases o palabras que han llamado mi
atención. También de vez en cuando me hago alguna reflexión y la escribo a
lápiz. En este caso, en el primer capítulo, me he encontrado una pregunta que
me hice antes de leer algo parecido en el libro y viene a decir algo así como: «¿Cual
es el sentido de haber heredado un instrumento –el cerebro- que excede las
capacidades que necesitamos para la supervivencia?» y me acabo contestando:
«Quizás utilizarlo como instrumento para un ocio útil, sea una de las mayores
formas de respeto a uno mismo como beneficiario de esta singular herencia»
Por
otro lado he echado de menos una mayor atención, alguna explicación añadida a
la teoría de cuerdas, que pasa casi de soslayo por el libro, así como algún
comentario esclarecedor a la consecuencia de dicha teoría que son los universos
paralelos. También me hubiera gustado saber algo mas sobre el cañón de
hadrones, sobre todo en cuanto a ese experimento sobre el que he tenido la
oportunidad de leer recientemente que busca el graviton* y que daría una nueva
perspectiva a la física moderna…
*Las
teorías de las cuerdas, incluyendo la teoría M, suponen a los gravitones como
cuerdas o como branas cerradas, esto explicaría la aparente debilidad de su
fuerza; según estas discutidas teorías los gravitones ejercerían su influencia
más allá del universo tridimensional en el cual vivimos, interconectando
diversos posibles "universos paralelos". Wikipedia
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