domingo, 3 de enero de 2016

La elegancia del erizo. Muriel Barbery

Sinopsis:

La portera de un inmueble de un suntuoso barrio de París no es lo que parece. Bajo una apariencia, que recoge todos los tópicos que podrían aplicarse al oficio, se esconde una personalidad profunda y de intensa vida interior. Por otro lado, una joven vecina, Paloma, con solo doce años lleva una vida paralela, escondiendo bajo una apariencia casi psicotica una gran inteligencia y exotica capacidad de crítica. Las dos se erigen en protagonistas de un relato de desesperanza, amargura y desamor para cuyo desenlace será fundamental la aparición de un hombre que dará un vuelco a sus vidas.

La lectura:

En cuanto al argumento, pues no hay mucho más que contar: En realidad "La elegancia del erizo" es filosofía novelada (me lo acabo de inventar, reconozco que el termino no es muy afortunado), es decir: una amalgama de opiniones más o menos atinadas sobre la sociedad de nuestro tiempo; reflexiones filosóficas puestas en boca de dos caricaturas surrealistas y que acercan al lector al espeso mundo del pensamiento filosofico; axiomas de dificil justificación que solo pueden entenderse desde el punto de vista del, en mi opinión, exceso de cinismo del que hacen gala las dos protagonistas y que hacen chirriar el argumento; lecciones de vida que groseramente pretende darnos una señora, cuya vida es realmente un fracaso, y una niña malcriada que acaba reconociendo que la "extraordinaria inteligencia", de la que no para de hacer gala, (cansa un poco la cantidad de veces que los dos personajes se dan autobombo, congratulandose de su superioridad moral e intelectual sobre el vecindario) solo le ha llevado a una encerrona emocional que, en el fondo, no es mas que un juego de adolescente desesperada por dejarse querer.

Y lo curioso es que, a pesar de lo increible de los personajes, a pesar de caricaturizar su idiosincrasia, es facil identificarse con ellos, porque ¿quién no se ha sentido alguna vez, en epoca adolescente, un poco como Paloma?. Por no hablar de esa portera, un poco "friki", ávida lectora, cuya fracasada vida emocional y laboral se sostiene sobre el hábito de la lectura. No dejando de ser una hipérbole, es facil empatizar con un personaje así, sobre todo si eres buen lector. Y no es que critique el libro. En realidad me ha gustado mucho, pero mucho. Todo el texto está sazonado de un humor extremadamente inteligente y con un poso de ironía muy mordaz que provoca a menudo la sonrisa y, de vez en cuando, la carcajada. Además se nota que la autora es profesora de filosofía y se agradece que un texto, que en realidad no es mas que un cuento sin principio y de triste final, haga reflexionar, pensar sobre algunas de las cosas que suceden alrededor y a las que apenas dedicamos tiempo. Sólo que al leer, no podía evitar, al tiempo que disfrutaba de los innumerables momentos de lucidez de los que el libro hace gala, sentir mis neuronas rechinar ante los, para mi, obvios fallos literarios en la narración. Y me explico:

Los personajes son mas que planos, sin evolución ni complejidad emocional, excepto un barniz de originalidad poco creible: no me trago una portera despeinada, gorda y fea que oculta su interes y excelso conocimiento sobre Tolstoi, Mozart, Vermeer, Kant, etc y que se permite, incluso, hacer crítica de la tesis sobre Gillermo de Ockham que la hermana de Paloma presenta en la universidad y, de paso, dudar de la oportunidad del modelo de educación francés. Vamos... además de una eciclopedia con refajo, una experta en política educativa, la portera. Por no hablar de la repelente niña. Para echar de comer aparte su conversación con el psicologo al que su madre, escandalizada por su extraño comportamiento, acaba por llevarla. Hasta ahí bien, no es mas que un recurso literario, un personaje original... ahora, dejo de creermelo en cuanto empieza a hablar: "Oh, si, si, pero hay algo en las teorías de Lacan que no entiendo, y es la naturaleza exacta de su relación con el estructuralismo" ¡Venga,..! Otra experta, esta vez en psicoanalisis... no me lo creo.

Opinión:

En todo caso, aunque pueda parecer lo contrario, el libro me ha gustado mucho. Es una oportunidad unica para los profanos, como yo, de introducirnos en el mundo de la filosofía de una forma amena. En ese sentido me recuerda a otro libro: "El mundo de Sophia" de Jostein Gaarder. Ahora... eso si, si no te gusta este registro y lo que te llama la atención es la buena literatura: la que a través de la palabra te sumerge en un mundo de belleza descriptiva, donde los personajes evolucionan con la historia y cada frase, a través del relato y, casi sin pretenderlo, se convina en arte...entonces yo opino que es mejor que busques en otro sitio. Por ejemplo en "Ana Katerina" como sugiere la propia portera. En este libro, encontrarás otras cosas, interesantes...si; pero no buena literatura en el sentido estricto.

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